La cirugía estética facial de tipo lifting que realiza la clínica de cirugía plástica del Dr Pedro Terán y la Dra Francesca Zavalloni en Burgos, consiste es una intervención quirúrgica para reparar la piel de la cara y cuello arrugada o hundida, quitando el exceso de grasa, tensando los músculos, y rellenando la piel de cara y cuello.
A medida que envejecemos, los efectos de la gravedad, la exposición al sol y el estrés de la vida diaria se notan en nuestras caras. Se forman surcos profundos entre la nariz y la boca; las mejillas caen; aparecen alrededor del cuello grasa y arrugas. Un lifting cervico-facial no puede detener este proceso; sin embargo, lo que sí puede hacer es parar el reloj, mejorando los signos más visibles del envejecimiento, tensando los músculos de la cara, eliminando el exceso de grasa y redistribuyendo la piel de la cara y el cuello. El lifting puede realizarse aislado o asociado con otros procedimientos como la blefaroplastia o la rinoplastia. El lifting frontal corrige la caída de las cejas y las arrugas de la frente y de las cejas.
Los candidatos ideales para someterse a un lifting son aquellas mujeres u hombres cuya cara y cuello comienzan a "caerse", pero cuya piel conserva todavía cierta elasticidad. La mayoría de los pacientes tienen entre 40 y 60 años, pero también puede realizarse con éxito entre los 70 y 80 años. Un lifting puede hacer que parezca más joven y que aumente la confianza en sí mismo, pero no le proporcionará un aspecto completamente distinto, ni puede restablecer su salud o vitalidad.
El estiramiento facial o "lifting" es un procedimiento destinado a tensar la piel facial y cervical con objeto de reducir los pliegues o arrugas. La estructura ósea de la cara, la musculatura y la textura cutánea sufren un proceso involutivo con el paso de los años. Además, hay unos factores hereditarios, hábitos alimentarios, situaciones de estrés, exposición prolongada al sol, etc., que modifican sustancialmente los signos de envejecimiento facial.
La ritidectomía habitualmente trata la piel del cuello y las mejillas, pero en ocasiones, se corrigen también las arrugas de la frente y el descenso de las cejas. La cirugía de los párpados, con bastante frecuencia, se realiza junto con la ritidectomía.
La operación se puede realizar con anestesia general o anestesia local y sedación, dependiendo de cada caso particular (cirugía más o menos amplia, deseos personales del paciente, etc.).
Las incisiones de esta operación se realizan en el cuero cabelludo en las regiones frontal y temporal, rodean las orejas y terminan en la zona próxima a la nuca. A través de estas incisiones el cirujano realiza un despegamiento más o menos amplio de la piel, al objeto de poder obtener un tensado de la misma. Mediante el mismo abordaje, el cirujano puede reducir acúmulos grasos o tensar músculos que han quedado fláccidos, proporcionando a la cara un aspecto más firme.
Después de la intervención, que suele durar entre 2 y 4 horas, en función de la amplitud de la misma y de si se hace algún tratamiento de los párpados, liposucción, etc., se colocan unos drenajes para disminuir la posibilidad de hematomas y reducir la inflamación.
En el postoperatorio se observará un grado variable de hinchazón de la cara y el cuello, equimosis o cardenales y sensación de tirantez y acorchamiento. Estas molestias son pasajeras y ceden espontáneamente o con analgésicos.
La mayor parte de las cicatrices quedan ocultas en el cuero cabelludo por encima de la sien y hacia la nuca. Solamente en una zona alrededor de la oreja y en las primeras semanas tras la cirugía, pueden notarse algo las cicatrices, que, por otra parte, pueden ocultarse fácilmente con el peinado.